Cómo saber si tu iguana está enferma

Saber si tu iguana está enferma puede ser todo un desafío porque, a diferencia de los perros o gatos que se quejan o muestran señales claras, las iguanas son más discretas. Pero tranquilo, aquí van las señales más importantes y claras para detectar si tu pequeño dinosaurio necesita atención.
Cambios en el comportamiento y apetito
Una iguana saludable suele estar activa, explorar su entorno y mostrar interés por la comida. Si notas que está letárgica, es decir, mucho más tranquila o casi dormida todo el día, es una señal clara de que algo no va bien. Los cambios en la agresividad también pueden ser síntomas de malestar o enfermedad.
Otra alerta seria la anorexia — si tu iguana deja de comer o muestra rechazo constante a la comida, puede ser por estrés, temperatura inadecuada o problemas de salud. Un cambio brusco en su apetito jamás debe tomarse a la ligera.
Síntomas físicos evidentes
Observa estas señales físicas que indican que tu iguana podría estar enferma:
- Inflamación en las patas o articulaciones, signo frecuente de enfermedades como la gota o problemas óseos.
- Deformaciones o hinchazón en la mandíbula, que puede apuntar a problemas metabólicos óseos.
- Dificultad para moverse o parálisis en casos graves.
- Cambios en la piel, como heridas, quemaduras, úlceras o problemas con la muda.
- La respiración con la boca abierta o con dificultad, y la presencia de mucosidad en las fosas nasales indican problemas respiratorios.
Problemas en excrementos y parásitos
Los excrementos son una forma excelente de chequear la salud de tu iguana. Si observas diarrea persistente o estreñimiento, es momento de preocuparte y llevarla al veterinario. Estos síntomas pueden estar relacionados con la alimentación, estrés, parásitos o infecciones.
También es importante revisar si hay parásitos externos como ácaros o garrapatas, que aunque pequeños, hacen un daño enorme.
Qué hacer si sospechas enfermedad
Si se detecta alguno de estos síntomas, es importante:
- Ajustar las condiciones del terrario (temperatura, humedad y luz UV).
- Revisar la alimentación (evitar exceso o carencia de nutrientes).
- Llevarla a un veterinario especializado en reptiles para un diagnóstico y tratamiento adecuados.
No porque sea un reptil significa que pueda aguantar cualquier cosa; cuanto antes se detecte el problema, mejores serán sus probabilidades de recuperación.
En resumen, estar atento a su actividad, apetito, estado de piel, respiración y excrementos es vital para asegurarse de que tu iguana está en condiciones óptimas. Y no olvides que una revisión veterinaria regular es la mejor inversión para la salud y longevidad de tu mascota.
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